Probablemente piense que los testamentos y los fideicomisos son solo para los ricos o jubilados. Estamos aquí para decirle que no solo es que cualquiera puede tener voluntad y confianza, sino que todos deberían. Pero, ¿cual documento es mejor para usted? ¡Lea a continuación para averiguarlo!
Si bien un testamento y un fideicomiso son dos documentos separados con muchas diferencias, son dos de los pilares que sustentan una planificación patrimonial integral. Ambos instrumentos sirven como un registro legal para garantizar que sus activos se administren de la manera que usted desea. Ambos documentos tienen sus fortalezas y complicaciones, pero cuando se utilizan de manera conjunta, uno está mejor preparado para asegurar que su patrimonio llegue a las personas que usted desea. La planificación patrimonial es un proceso esencial, el cual suele poner a uno frente a momentos incómodos y retadores, pero tomar estas decisiones difíciles de manera pronta mientras es guiado y asesorado por un abogado de confianza facilitará las cosas para usted, pero sobre todo para sus seres queridos.
¿Qué es un testamento?
Un testamento es un documento legal que describe cómo se distribuirá su patrimonio después de su muerte. Un testamento puede:
Nombrar tutores para menores y mascotas
Designar adónde van la propiedad y los activos
Especificar arreglos funerarios
Tener un testamento por sí solo es un gran primer paso en el proceso de planificación patrimonial, pero existen algunas desventajas de tener un testamento por sí solo. No brinda protección durante una incapacidad, es decir solo es efectivo después de la muerte. Adicionalmente los testamentos son propensos a ser presentados e impugnados en la corte de sucesiones, y están disponibles al público.
¿Qué es un Fideicomiso?
Un fideicomiso es tanto una entidad legal separada como una relación fiduciaria. El creador de un fideicomiso, el otorgante, puede ceder el control de los activos a un tercero, el fideicomisado. Con los fideicomisos, el otorgante tiene todo el control y otorga acceso a ciertos activos con reglas y condiciones específicas. El otorgante crea contingencias que determinan cuándo un beneficiario puede recibir los bienes, como llegar a cierta edad o designar ayuda para cuidar niños con necesidades especiales. Un fideicomiso provee al otorgante con salvaguardas adicionales como la potestad de proveer de rentas a sí mismo u a otros seres queridos en caso de incapacidad y la capacidad de evitar la administración y tributación estatal en corte, lo cual significa que su patrimonio va directo a sus beneficiarios de manera rápida y con una reducción tributaria considerable.
Un fideicomiso puede:
Otorgar un control significativo sobre cuándo y cómo se distribuyen los activos
Aplicar a todos los activos que financian el fideicomiso
Permitir varias exenciones de impuestos
Como podemos ver, los fideicomisos son más complejos que los testamentos pero nos proveen de ventajas importantes y prácticas tanto en vida como al momento de partir.
La principal diferencia entre testamentos y fideicomisos
La principal diferencia entre testamentos y fideicomisos es su entrada en vigor. Un testamento no entra en vigencia hasta que usted fallece, mientras que los fideicomisos entran en vigencia inmediatamente después de la financiación.
¿Se puede tener tanto un testamento y un fideicomiso en vida?
Dependiendo de tu situación, puedes tener uno u otro. Cada documento proporciona una solución diferente y fortalece un plan patrimonial, sin embargo cuando se utilizan conjuntamente proveen de la mejor protección patrimonial. Siéntese con un abogado de confianza para determinar cuál es la mejor opción para su situación.
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